martes, 28 de julio de 2009

Un poco sobre "Histórias de Cronópios y Famas"

Historias de cronopios y de famas es una obra surrealista del escritor argentino Julio Cortázar. En la obra se distinguen tres tipos de seres por sus actitudes, ellos son los "cronopios" que corresponden a los seres que se encuentran al margen de los sucesos descritos por él, como los poetas y los asociales, los "famas", muy distintos de los cronopios, seres importantes y formales que defienden el orden establecido (presidentes, magistrados etc.) Finalmente tenemos a los "esperanza" que son personajes intermedios que se dejan llevar tanto por cronopios como por famas. Esta obra se caracteriza esencialmente por ser escrita a base de viñetas, cuentos cortos y con un surrealismo que conlleva al desarrollo de la imaginación.
Cortázar en este libro, sobre todo en la cuarta y última parte, describe a los actores sociales de su época. La clase alta, la burguesia argentina de los años 50-60, es representada por los famas. Existe en todo esto un juego con el sentido de las palabras ya que la última parte tiene como subtítulo, "Fase mitológica". Las Famas
eran seres alados que se encargaba de dispersar las malas noticias. Los cronopios, en su nombre crono- tiempo, pueden ser entendidos como la clase media argentina de esa época. Quieren imitar a los famas, pero son mediocres, quieren que sus hijos sean de sangre de fama, pero lo educan como cronopios. Eugenesia, es un cuento que revela ese aspecto. Mientras que los esperanzas representan las clases bajas de la sociedad, a la espera. Vale recordar que la esperanza es lo único que queda dentro de la caja cuando escapan de ella los males en el mito de pandora. Pero lo que es un mal es la espera, su apatismo. Mientras los famas bailan Tregua Tregua los cronopios y los esperanzas bailan ESPERA, que es el baile de ellos, y se enojan mucho por las raras costumbres de los famas.

domingo, 5 de julio de 2009

Sus Primeras Publicaciones...

En el año 1938, con una tirada de 250 ejemplares, Julio Cortazar editó el poemario Presencia bajo el seudónimo de Julio Denis.
En una entrevista con Elena Poniatowska
para la revista el nº 44 México de mayo de 1975 confesó: ”fueron mis años de mayor soledad. Fui un erudito, toda mi información libresca fue de esos años, mis experiencias fueron siempre literarias. Vivía lo que leía, no vivía la vida. Leí millares de libros encerrado en la pensión: estudié, traduje. Descubrí a los demás solo muy tarde”. A partir de Julio de 1944 enseñó en Mendonza Literatura Francesa y de Europa septentrional en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional de Cuyo.
Pocos meses después renunció a su cargo por desavenencias con el peronismo
y su política universitaria. Se empleó en la Cámara del Libro en Buenos Aires y realizó trabajos de traducción. Hacia 1947 escribió "Casa Tomada", el primer cuento de la serie de Bestiario, que una amiga le envió a Jorge Luis Borges, quien lo publicó en la revista Anales de Buenos Aires (con dos dibujos de su hermana Norah) comenzando así una relación infrecuente con él.
Luego le solicitaría más textos para su revista, siendo publicados “
Los Reyes” y “Las puertas del cielo”. Cortázar manifestó en diversas ocasiones que comenzó a escribir cuentos por Edgar Allan Poe, quien “me enseñó lo que es la gran literatura y lo que es el cuento” (Plural n° 44, México, 5/1975). En el año 1948 se recibió de traductor público de inglés y de francés. En 1950 terminó de escribir “El examen”, que ningún editor se animó a publicar por su lenguaje ofensivo. En 1951, a los 37 años de edad, se instaló definitivamente en I, ya que había recibido una beca del gobierno francés para estudiar 10 meses en París, de octubre a julio de 1952. Dicha beca consistía en investigar la novela y la poesía francesa contemporánea en sus conexiones con las letras inglesas.
Tenía una vasta experiencia como traductor, había traducido a Gilbert Keith Chesterton, André Gide, las cartas de Keats, Marguerite Yourcenar, entre otros. Obtuvo trabajo de traductor en la Unesco y de ello vivió varios años. Cortázar se establece definitivamente en París y entabla una relación de amistad con los artistas argentinos Julio Silva y Luis Tomasello con quienes relizaría varios proyectos conjuntos.